domingo, 23 de julio de 2017

GTP… mi primera prueba de 5 ptos!

El pasado 23 de junio se celebró el Gran Trail de Peñalara (ITRA) con 114 km , 119 extraoficialmente, y 5100 m de desnivel positivo dentro de la Spain Ultra Cup además de campeonato de Madrid (559 participantes y con 337 finisher). Existen otras disciplinas como son la carrera de Trail con 62 km y 2700 + y el CCN con  11 km y 450 +. Para más información www.grantrailgtp.com .

Antes de nada quisiera destacar el papel de la organización, bajo mi punto de vista, impecable con mención especial para los numerosos voluntarios que no pararon de animar ni de servir a todos y cada uno de los participantes. Ellos con su ser hacen la carrera mucho más grande de lo que es. Gracias a Todos ellos.

La carrera comenzó a las 23.30. La temperatura fue mejor de lo que podía esperarse aunque por supuesto que hizo calor… En la salida pude intercambiar opiniones previas con Fernando, otro burgalés en el running, con el que es un gusto hablar por todo lo que sabe pero sobre todo por lo buena persona que es. Ambos dos terminamos la prueba.


La primera ascensión a la Maliciosa con ya más de 1000 de desnivel acumulado la hice con retraso sobre el horario que tenía marcado. El desconocimiento de la ruta hizo que cometiera fallos en la previsión. EL descenso lo hice regulando muchísimo, puesto que no quería reventar las piernas. Con eso empezó el ascenso a la Pedriza. Al igual que el anterior me pareció más técnico de lo que había previsto. En éste y el anterior descenso me caí hasta un total de 8 veces. Tuve suerte porque no me hice nada de nada. El ascenso a la Morcuera se me hizo más duro que los anteriores a pesar de que era bastante más corrible pero supongo que el cuerpo quiso ir regulando, y a veces no fui del todo bien alimentado. En la cima se me hizo de día. Empezaba la carrera de día. El siguiente tramo de bajada hasta Navafría se me hizo muy duro. Una bajada interminable y con poca inclinación se me hizo terriblemente dura. No veía el momento de llegar al avituallamiento, beber, comer, cambiar calcetines… Afortunadamente el cuerpo se recuperó y seguí mi camino hacia Peñalara subiendo el temido Reventón… puerto largo pero bastante asequible por camino ancho. Quedaban 9 km para coronar Peñalara y la verdad es que a pesar de que fue duro lo recuerdo más como peligroso. Con 70 km en las piernas y estando a más de 2000 m de altitud saltar entre piedras puntiagudas y afiladas en los últimos 700 metros de ascensión introdujo una nueva diversión en el camino. Una vez en Peñalara, ya conocía el camino hasta la meta y el camino final se me hizo bastante llevadero. Seguramente no fui muy bien alimentado y eso lo puede notar, pero la próxima vez pondré más el acento sobre esto.

En nada comenzará otro reto con 103 km y 6100 + u 1000 metros de desnivel en el km 90 y subiendo al Veleta (3300 m). Muy motivado pero no sé si recuperado de ésta. Un abrazo para todos. r8.

martes, 4 de julio de 2017

CRÓNICA PICÓN CASTRO 2017

"La Picón Castro es una carrera especial. Este era el tercer año consecutivo que viajaba a Espinosa de los Monteros y en pocos sitios he visto esos paisajes y he sufrido la dureza de su recorrido, pero lo que es espectacular es que todo el pueblo anda perdido por el monte colaborando como voluntario. Estoy seguro de que en unos años esta carrera será un referente en toda España.

Personalmente, este año ha sido el más duro. De hecho, no recuerdo haber sufrido tanto en ninguna carrera, aunque cuando le dije eso a Sonia por teléfono, desde la meta, se rió, recordándome otras 4 ó 5 veces en que le había dicho lo mismo.

La logística volvió a fallar. Como los dos años previos viajé de Madrid a Burgos el viernes por la noche, y al día siguiente me puse en pie a las 3:45 de la mañana, para hacer la hora y media en coche que me separaba de Espinosa de los Monteros.  Es un recorrido largo, con curvas y a una hora en que rezaba para que no me saltara un corzo sobre el capó, así que cuando llegué a la línea de salida ya llevaba una paliza de coche encima.  Yo ya no estoy para esos trotes, y si vuelvo algún día me iré a dormir a un hotel.

¿He dicho “si vuelvo”?. Pues si, he dicho “si vuelvo”, y es que aún no se me va de la cabeza que durante más de 6 horas me juré que no volvería a esa carrera. Pero bueno, también me juré que en el siguiente avituallamiento me retiraba y al final llegué a meta, jajajja… Es que el día salió duro de coj****. Más de 30 grados a 1700 m de altura, y a partir de las 2 de la tarde, una sensación de querer morirme que podía conmigo. Hasta el kilómetro 40 había llevado bastante buen ritmo, de hecho llegué a ese punto de control una hora antes que el año pasado. Pero de repente fui perdiendo fuelle. Bajé mucho el paso e incluso andando notaba que las pulsaciones se me disparaban, supongo que debido al calor. Alrededor del kilómetro 50 me tuve que sentar debajo de la única roca que daba sombra a pensar un poco, a recordar qué me había llevado hasta allí, y qué coño!, a beberme medio litro de isostar y tres geles. Sin ganas de seguir me obligué a ponerme de pie y seguir andando, tampoco había dónde ir, así que lo único que buscaba era el siguiente avituallamiento.

Yo iba haciendo cálculos mentales, y con una lamentable media de 4-5 kms/hora sabía que no entraría en meta antes del cierre de control, pero entre los ánimos de los voluntarios, me fue imposible retirarme. Yo pensaba que el cierre de control era a las 21.00h, pero a falta de 4 kms caí en la cuenta de que las 15 horas de límite terminaban a las 21.30, así que esprinté como nunca para entrar en meta exactamente a las 21.28h, jajajajaaj… por supuesto, en último lugar, pero me sentí como si hubiera ganado el Mundial de fútbol, el Oscar a mejor actor y el Masterchef a la vez!

Como nota final, decir que cuando ya marchaba hacia el coche, me fijé en una familia que cenaba algo en una mesa de camping. Eran los Aubeso, y tuve el privilegio de cruzar unas palabras con uno de los referentes en este tipo de carreras. “Te tengo en un altar”, es lo único que se me ocurrió decirle, jajajaja… se ve que aún no llegaba suficiente oxígeno al cerebro, puff.

En fin, espero que esta paliza me sirva para el GTP, que promete otra jornada de calor y penurias. Al menos podré compartir la carrera con otro BEER, Roberto Cuesta, o más que carrera, compartiré la sierra. Suerte Rober!"